Hoy amanecí activa a las 9 a.m. después de acostarme a las cinco, así que aproveché para hacer una escapada… a Montserrat!
El viaje ha durado 1h. de prácticas de inglés. Si no era la única española del vagón seguro k sí la más cotorra… Había mucha gente de fuera que ahora está de vacaciones, así que mi guía turística de mi propia ciudad se kedó en el camino (será cuestión de coger otra en Pl. Catalunya, ;-).
Recordaba el trayecto de «L’aeri» más emocionante… Pero resultaría imposible caerse: no entra ni el aire dentro de ese vagón ;). Es un paseo de 5 min. y saliendo hay una cuesta que da a la única cafetería de la zona.
En la plaza central, rodeada de un paisaje fantástico, han estado bailando música tradicional y montando castillos toda la mañana. También ha aparecido un «cincoañero» espontáneo que se me ha puesto a bailar delante de la cámara. Hay que verlo en vivo para hacerse una idea de lo bucólico que resulta llegar a Montserrat y encontrarse con toda esta actividad rodeada de las montañas.
Despues de darme una vuelta por la basílica y no poner una vela ni besar a la virgen (mis disculpas, pero los días son cortos…) he subido montaña arriba para ver hasta dónde se podía llegar. Hace tanto frío que hasta la estatua de S.F. de Asís tiene los brazos cruzados: sólo le falta temblar.
Al final de las subidas, las paredes de la montaña están listas para quien las quiera escalar. A pie no keda nada k hacer… así que he cerrado los ojos y al volverlos a abrir tenía una mochila a cada lado y cuatro pies subiendo por encima de mi cabeza.
En resumen: lo he pasado de miedo, he comido pokito pero gratis y de vuelta a casa me ha llegado el cansancio correspondiente a las horas que no dormí ayer…¿Me estaré haciendo vieja?¿Ya? 😛
«La mejor manera de librarse de la tentación es caer en ella» – Oscar Wilde