Un dia cuando llegué a casa despues de dar un largo paseo, empecé a escuchar una voz. No sabia de donde venia asi que supuse que era uno de mis compañeros de piso haciéndome una broma, asi que subí arriba a las habitaciones y nada, fui al baño y nada no esa vocecilla no venia de arriba sino de abajo justo del lugar dónde yo estaba. Así que volví a bajar convencida ya de que no era una broma , y cuando me acerque al sofá empecé a escucharla más fuerte, decía :
-Cógeme, cógeme –desde arriba de la nevera. Era algo asi como del tamaño de una aspirina.
-Qué? Qué dices? -le hablé.
-Cógeme, cógeme –repitió la cosita.
-Está bien –dije, y la cogí en la mano, pero de repente comenzó a decir:
-Trágame, trágame –y justo cuando me disponía a tragármela sonó el teléfono mobil, que es el único que tengo.
-Si?, Ah hola mari, sí todo bien, pero mira me está pasando una cosa muy extraña.
-Qué cosa?
-Pues empecé a oír una vocecilla que resultó ser una cosa indefinible….
-Del tamaño de una aspirina?
-Sí, Cómo sabes?
-Y te ha pedido que te la tragues??!
-Pues… si.
-Y… te la has tragado?!!!!
-No.
-Uffff, menos mal. Mira hermana esa cosita tan mona es una pena, ahora es chiquita pero si te la tragas como ella te pide se te pega en la barriga y ahí sí, empieza a crecer i crecer, y por mucho alcohol que tomes ni por mucho que comas te la puedes sacar.
-Pppero qué hago?? –ahí ya me entró miedo de esa cosita.
-Pues tienes que coger la pena y meterla en un vaso lleno de agua. Porque las penas, cuando son pequeñas las puedes ahogar.